A partir de 12 años.
Dalia tiene una curiosa forma de hablar; confunde los verbos desde chica y por más que entienda la diferencia entre uno y otro, algo le sucede que de su boca salen convertidos. Al principio, cuando ella era muy chica el problema parecía gracioso. Después, preocupante. Finalmente la llevaron al médico pero nada tenía, estaba sana. Dalia no tardó en padecer cargadas y con el tiempo aprendió a hacerse entender sin verbos. Llevaba al extremo “el arte de la síntesis”. Y así, en el medio de un hogar donde los libros son los protagonistas y los seres humanos los invitados, Dalia sobrevive gracias a un mundo en su interior y a su reflexión acerca de todas las cosas, de su problema, del lenguaje y de la vida. Porque es una chica que delibera todo el tiempo con los demás, y con ella, acerca de lo que le ocurre y al mismo tiempo va hilando una investigación que tiene que ver con el libro, pero también con su identidad. Esa dedicación casi obsesiva la llevará a develar el misterio que fue a investigar y también a resolver su propia incógnita; pero sobre todo la gran respuesta la tienen las palabras, la escritura